Estoy hasta el gorro porque últimamente se habla mucho de los emprendedores como si fueran una raza salvadora del mundo o algo parecido. Más bien creo que se está usando como argumento político para escurrir el bulto, eludir responsabilidades y ganar votos. Yo he hablado muchas veces sobre cuestiones relativas a emprender pero con la única intención de motivar al que tiene ganas de hacerlo.
Señores políticos, quiero decirles que es inutil que convenzan a la gente a que emprenda. Emprender por emprender o hacerlo por necesidad no va a ser ninguna salvación. Únicamente puede empeorar las cosas, así que dejen de vender la moto de que emprender mola porque no es cierto.
Llevo más de 20 años compaginando el emprendimiento con el trabajo por cuenta ajena, así que creo que tengo el criterio suficiente como para hacer mi exposición. Y si algún político de los que tanto habla de emprendedores tiene la mitad de experiencia que yo en este campo, y una cuarta parte de narices, entonces que conteste a mi post.
El mundo empresarial es un ecosistema más, como la propia naturaleza, y requiere un equilibrio entre todas las especies para que todo tenga armonía. Los emprendedores son una especie más, ni mejor ni peor, ni más molona ni menos, solo una especie más. Esta especie debe convivir con las demás y es igual de importante que la de los funcionarios y la de los trabajadores por cuenta ajena.
Lo contrario sería como decir que ser una mosca mola más que ser un rinoceronte, o ser un elefante mola más que ser una ameba. Pues no, mire usted, una ameba está encantada de ser una ameba igual que un rinoceronte seguramente esté encantado de ser un rinoceronte. Intentar que uno sea lo que no es no tiene ninguna lógica desde el punto de vista del equilibrio natural.
Si todos fuésemos emprendedores no habría instituciones públicas porque nadie querría ser funcionario. Tampoco podríamos encontrar trabajadores para nuestras empresas porque todo el mundo querría tener la suya propia.
Por tanto, dejen de marear la perdiz y pónganse a trabajar por el equilibrio social. Consigan crear un sistema con una estructura de funcionarios que de verdad trabajen con vocación de servicio público, ayuden a que los trabajadores tengan unas buenas coberturas sociales y hagan posible que los emprendedores puedan crear sus empresas y desarrollar riqueza y puestos de trabajo.
No intenten que un funcionario quiera crear una empresa porque no va a funcionar. No pretendan que alguien que ha sido, y quiere seguir siendo, trabajador por cuenta ajena, ahora se vuelva empresario de la noche a la mañana a cambio de una mísera cuota de autónomo para ingresar en sus arcas estatales.
Y de los parados ni hablamos. Emprender tampoco es la alternativa al paro. Emprenderá quien realmente sienta que debe de hacerlo, así de sencillo, no la persona que está en paro y no encuentra trabajo por mucho que le quieran convencer de que ese camino salvará su vida.
Tengan un poco de decencia y de responsabilidad y no hagan que uno sea lo que nunca ha deseado ser.
Pero tampoco provoquen que un emprendedor vocacional acabe trabajando para otro o haciéndose funcionario, gracias a que le imposibilitan tanto crear su empresa que le dejan sin más alternativas.
Si uno solo de los políticos que tanto habla de emprendedores me demuestra que lo ha sido, que ha luchado por fundar una empresa de la nada, que ha lidiado con crear un equipo de trabajo y enfrentarse a todos por menores de tener su propio negocio, entonces me creeré algo de sus palabras.
Mientras tanto, le pido a todos los políticos que hablan de emprendedores sin haberlo sido, que cierren el pico y dejen de hacer el ridículo. Porque a los ojos de los verdaderos emprendedores de vocación, que si que nos mola serlo porque no entendemos otra manera de vivir, nos provoca tanta risa las bobadas que nos cuentan que ya nos las tomamos como un chiste.
Que los emprendedores que les mola serlo funden sus empresas, que los funcionarios que les mola serlo tengan puestos públicos por vocación de servicio y que los trabajadores por cuenta ajena que les mola serlo puedan tener trabajos dignos y coberturas sociales decentes.
Dejen que cada uno sea lo que quiera ser y no vendan ilusiones falsas, cuentos chinos, ni verdades distorsionadas a cambio de un mísero puñado de cuotas de autónomo, porque lo único que van a conseguir es que la gente caiga en sus ratoneras engañada por un poco de queso envenenado.
No puedo estar más de acuerdo con este post. Me identifico totalmente, siendo empresario de hace años. Siempre pensaré que el problema no es el empleado público sino los jefes, que normalmente son enchufados sin tener ni idea de lo que llevan entre manos. También soy empleado público y lo veo de primera mano. Todo aquello tocado por políticos (especialmente PPSOE) suele perder sentido y arruinarse. Insisto, los trabajadores base (funcionarios o laborales) no son el problema.
Por otro lado me da pena que la mayoría de autónomos y empresarios que hablo me dicen que se van de cabeza al B. No por gusto, sino por necesidad ya que como está la demanda los impuestos están desproporcionados y es cuestión de supervivencia.
Daniel, gracias por compartir tu experiencia con todos.
Muy bien dicho Luis Miguel
Muy buen artículo.
Gente que conozco y yo mismo en este mercado raquítico (veremos como afecta la subida del IVA a las empresas y la subida del IVA e IRPF a los autónomos) nos está costando emprender un mundo. Parece que los clientes han desaparecido o no tienen dinero ni para gastar en cafés.
Para cualquier empresario que paga sus impuestos (el emprendedor también es empresario) le debe tocar los huevos que se gaste el dinero público en gilipolleces y luego te cobren por la sanidad o servicios básicos. Y lo peor es que malgastar el dinero público no es delito. Que los políticos sigan con sus gastos absurdos.
Bueno animo a todos los emprendedores.
Javier, (sigo con la conversación de twitter)
Coincido en parte contigo, pero para cada regla general, existen las excepciones, y normalmente suelen ser muy valiosas.
Para mi que alguien que a los ojos de los demás tiene la vida “acomodada” se decida a emprender le da un mérito adicional. No tiene porqué (a priori) complicarse la vida, arriesgar su dinero, ni jugarse su patrimonio presente y futuro por lanzar al mercado su proyecto, con lo que -al menos de partida- tiene mi respeto.
De la misma manera, soy menos transigente con aquellos que no valoran la oportunidad que tienen cuando consiguen financiar su proyecto (de la manera que sea) y no apuestan lo suficiente para sacarlo adelante. Conozco bien a algunos “emprendedores” que no son más que personas acomodadas que creen que por tener una buena idea no van a trabajar nunca más, y que otros lo harán por ellos. Esos tampoco me sirven como modelo…
En todo caso, como regla general, hay de todo, y bienvenido todo el que tenga ganas de hacer el trabajo bien y aportar valor, que hace mucha falta.
Coincido en que no “mola nada” trabajar tanto si no tienes verdadera pasión por tu proyecto, así que cuando a mi me piden consejo, yo empiezo siempre por contar a qué hora me levanto todos los días.
Y a los políticos, yo lo único que les pido es que me dejen trabajar, que ya se que mis problemas no los van a solucionar ellos.