¿Cómo de fácil y rentable es vender en Amazon?

¿Cómo de fácil y rentable es vender en Amazon?

Este es el caso del polifacético Alex Saiz, empresario, experto en ventas a través de Amazon, inversor en diferentes empresas y autor de los libros: e-Business, cómo ganar dinero en internet, y de multiplica tus ventas con Amazon. 

Dentro de toda esta vorágine, de crecimiento en todo lo que sea productos digitales, con él, charlamos  sobre el gigante del ecommerce y cómo los vendedores deben de acercarse a las ventas a través de los marketplaces 

Basado en el contenido adicional del libro  https://www.LaGranBurbuja.com, a través de conversaciones que su autor mantiene con expertos en temáticas afines, en mayor o menor medida con el ecosistema del marketing online. 

– Javier  Echaleku:  Me resulta curioso que  una empresa como la que puede ser vuestro propio proveedor, que deben de ser empresas grandes, con un volumen de venta bastante importante a nivel general, y que deben de tener suficientes recursos y conocimientos como para poder embarcarse en tener sus propias tiendas en Amazon porque entiendo que muchos de ellos serán fabricantes de productos, ¿cómo es que necesitan una empresa como la vuestra que haga esa labor intermedia? 

Aunque al final compráis, con lo cual sois más un cliente de la empresa que tiene la fabricación del producto, y luego vendéis a Amazon, ¿por qué razón piensas que para esa empresa puede llegar a ser necesario una empresa intermedia como vosotros?, ¿por qué no lo pueden hacer ellos?, ¿tan difícil puede resultar para una empresa de ese tamaño poder tener su tienda en Amazon? 

Alex Saiz: Hay varios motivos, pero en primer lugar es que algunos directivos, a veces no son lo suficientemente conscientes del volumen que pueden llegar a conseguir en marketplaces y no tienen la mentalidad ni el mindset preparado como para decir “vamos a montar un equipo de cinco o diez personas para que se especialicen en esto”.

En segundo lugar, hay un tema de know-how y time to market y por mucho que se tome la decisión de abrirse a estos nuevos canales de venta, la curva de aprendizaje para que este equipo de cinco personas empiece a rodar y lo haga un poco bien, puede ser de media entre nueve meses y un año. 

La gran burbuja del siglo XXI

No hay gente en el mercado para contratar mañana que sepa de esto, entonces estos son una serie de factores que hacen que muchas veces las empresas retrasen su penetración en los marketplaces o inclusive que prefieran un modelo como el nuestro.  

Básicamente diría esta falta de conciencia de volumen que puede llevar a la empresa un marketplace y que hay equipos con know-how, y por último la estructura que tiene el equipo de e-commerce ya está tan cargada de trabajo que dicen que no pueden cargar más a esta gente, y poner a la gente que lleva las operaciones normales del e-commerce a que se empiece a pelear con Marketplace, que repito, la curva de aprendizaje, el know-how es complejo de verdad. 

A veces, se plantean si una inversión en salarios merece la pena sin saber si hasta dentro de nueve meses les empezará a funcionar. 

Aparte que jugamos con economía de escala, nosotros llevamos tres o cuatro cuentas propias.

Ya no sólo es el know– how, es todo el tema relacional interno con los equipos de Amazon que tenemos, lo que se llaman los contactos, pues una empresa por mediana que sea es tratada por igual por Amazon que si de un Procter & Gamble se tratase. 

También es cierto que muchas veces se encuentran barreras, que ni siendo alguien muy espabilado lo sacas adelante porque de verdad que son herramientas, procesos y operativas internas muy complejas que además van cambiando día a día, y te exigen estar actualizándote con mucha frecuencia.  

 J. E: Fíjate que  una de las cosas que estamos intentando plasmar en el libro de marketing online, la gran burbuja del siglo XXI es precisamente derribar esas premisas o esos pilares en los que se supone que se ha construido el marketing digital, el marketing online en el que aparentemente todo parece muy fácil, y  justamente estás diciendo todo lo contrario, o sea parece muy fácil que Amazon admita tener muchos vendedores porque así Amazon es cómo crece, parece que es muy fácil que cualquiera pueda llegar a crear su tienda en Amazon, usándolo como marketplace y teniendo ahí “una pata” más de su modelo de negocio, pero por lo que estás diciendo no parece tan fácil.  

Es decir, es igual que invertir en compra de publicidad en Facebook o en Google, que parece que está al alcance de cualquiera, pero cuando realmente te pones, muy pocos son los que realmente saben hacer esto bien y entienden los entresijos de la inteligencia artificial, de los algoritmos, etcétera y sobre todo muy pocos tienen acceso a esos contactos que decías que tienen en Amazon.  

¿Qué hay de verdad en que cualquiera tendría fácil poder vender en Amazon? 

–  A. S: Es una verdad.

Cualquiera puede ponerse, desde la biblioteca de la universidad a vender en Amazon.

Lo que pasa qué debes tener un buen inglés, ciertas habilidades a nivel técnico, ser una persona muy proactiva y ser muy constante, y si vas “picando piedra”, lo vas a sacar y esto es lo bonito de la era de la digitalización, que habrá gente con muy pocos recursos que tendrán la misma oportunidad que una gran multinacional y esto es una realidad. 

Que es complejo, sí, y que quizás según cómo, puede ser inclusive más fácil para un pequeño emprendedor, que no para una gran estructura empresarial con mil departamentos y que “su rueda” es mucho más lenta, también. 

Para poner un ejemplo tonto, hay un caso que nosotros estamos analizando ahora internamente que es muy divertido.

Hay un chaval que importa los típicos rollos de precinto para cajas, estos de plástico transparente adhesivo, y está facturando, creo que son, entre noventa o cien mil euros al año.

No me quiero imaginar el margen que tiene, pero ha empezado desde la biblioteca del instituto o de la universidad.  

Entonces sí es cierto que se puede empezar, lo que sucede es que hay que picar piedra a piedra.

Es más importante la constancia que un cheque en el bolsillo, que quizás puede acabar siendo contraproducente. 

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