¿Has intentado alguna vez explicar una aventura de un año en solo 5 minutos? Cuando me propusieron la aventura de participar en el Ignite Valencia pensé, “bah!!! esto está chupao, además ya he hecho un PechaKucha en ING contando la misma historia, por tanto no tendré mucho problema”. Nada más lejos de la realidad, os cuento:
Índice de este artículo
Ensayos de Ignite Valencia.
Este evento, caracterizado por tratarse de ponencias de 5 minutos con 20 diapositivas que pasan solas cada 15 segundos, están pensados para contar historias cortas, relatos, temas personales, temas interesantes, vivencias, reflexiones, en definitiva, lo que sea pero sin ningún carácter publicitario tipo “vendo mi libro”.
Uno de los aspectos que más me sorprendió de este evento ya no era solo el formato y la escenografía que se busca, si no el “antes” ya que durante unas semanas previas al día de las exposiciones, el equipo de Ignite Valencia junto a todos los ponentes, realizan unas sesiones de ensayo de las charlas en las que nos enseñan y ayudan a mejorarlas, a focalizarlas, a exponerlas y a pulirlas.
El objetivo por tanto no es únicamente ofrecer una tarde entretenida a los asistentes, si no que lo más importante radica en que los ponentes (u oradores como le llaman ellos) aprendamos en el proceso y perfeccionamos nuestras habilidades para hablar en público y para preparar presentaciones.
Esta es la parte que más me motivó ya que aunque tengo bastante experiencia en dar ponencias, exposiciones, formaciones, nunca está de más seguir formándose. Ese era mi objetivo, seguir aprendiendo.
La hora de la verdad. La oratoria.
Y vaya si aprendí, sobre todo a sintetizar, a sacar lo importante, a desmenuzar una historia, a eliminar lo que sobra, a focalizar sobre la esencia y a marcar los ritmos emocionales.
Y luego llegó el día final en el que había que poner en marcha lo aprendido y lo ensayado. Y en este caso se eligió un lugar muy particular, una falla (lo que veis a mi espalda) que aunque parece más una obra escultórica moderna, era una falla experimental.
El lugar ya no solo es que fuera particular, es que además era al aire libre y en plena calle, lo cual dificultaba más la concentración, porque claro, cuando la ponencia es en un auditorio cerrado ya partes de la base de que el que está allí sabe a qué va, pero en la calle!!! Podía pasar un señor paseando a su perro, o una señora bajando la basura, o un grupo de amigos que se iban de fiesta. Y tú ahí, subido a un escenario contando tus movidas. Y eso hacía que me pusiera más nervioso si cabe por la incertidumbre de no controlar el espacio.
Pero todo pasó y resultó ser una experiencia impresionante que recomiendo a todo el que quiera mejorar su oratoria en público y que necesite enfrentarse a sus miedos.
Ahora, ya fuera del directo y después de varias semanas de aquella aventura, os dejo el vídeo para que me podáis machacar, criticar y vapulear, siempre de manera constructiva y para ayudarme a mejorar jejejeje.
¡¡¡UUUUUHHHHH!!! ¡qué idoloooo Echaleku!
Cada vez que veo algo tuyo (hace mucho no te visitaba en tu blog) me haces rebosar de motivación… WOW!!!
Yo tengo 27 ahora mismo, me siento un abuelo jaja (te imaginaras, tonterias de las que uno se convence) empecé de forma seria a levantar pesas 21 años, por 6 meses, lo dejé por un mes, los que se convirtieron en 2 años, a los 24 retomé y con boxeo incluido, el boxeo lo hice por 6 meses, y por sobreentrenamiento, abandoné.
Medio retomaba, pero volvia a abandonar… hoy en día, 3 años después de abandonar el boxeo, quiero hacer Muay Thai, pero mil miedos y excusas me vuelven a invadir, es por eso que me volvió loco el enfoque que le diste: «la victoria es cuando estas hundido (que como me siento ahora nuevamente) cuando ya no puedes más, lo mejor es buscar un reto alternativo, algo con lo que puedas ponerte un objetivo e ir a por él, ir a muerte por el objetivo, si lo consigues, los demás problemas van a desaparecer»
¡Capo, genio, idolo!
¡Gracias por esta historia! una vez más
Saludos desde Paraguay
Muy buena historia Javier.