El otro día me dispuse a comprar en la tienda online de Desigual unas ofertas de camisetas muy chulas que tienen. El caso es que he comprado mil veces en esa tienda y aunque su proceso de compra no es el más sencillo del mundo, lo realmente malo aparece cuando llegas al TPV de su banco. Desigual trabaja con CatalunyaCaixa y se supone que son de lo “mejorcito” en TPV online. Que conste que no les estoy haciendo publicidad a ninguna de las dos empresas porque no tengo nada que ver con ellas. En nuestras tiendas trabajamos con La Caixa, no con CatalunyaCaixa.
Bien, ¿por qué digo que lo realmente malo aparece cuando llegas al TPV? Porque SIEMPRE (y recalco lo de SIEMPRE) que voy a pagar y relleno los datos de mi tarjeta de crédito le doy al botón CANCELAR.
Si, a lo mejor es que soy muy zoquete, pero me pasa siempre y no creo que sea el único zoquete comprador online de este país que repite la misma acción una y otra vez.
¿Por qué le doy a CANCELAR? No hay más que ver su TPV actual con el que trabajan.
Parece limpio y sencillo ¿verdad?, eso sí, bastante feo y antiguo pero es cierto que los demás son bastante más lamentables. Sin embargo, si después de tirarme un buen rato poniendo los números de mi tarjeta (que recordemos que son 16 dígitos) y de dejarme los ojos intentando revisar si me he equivocado al poner todos los números bien juntitos uno al lado del otro y bien pequeñitos para que no ocupen pantalla, después de poner la fecha de caducidad y después de poner ese “código de seguridad” con una bonita interrogación naranja al lado, ya con los pobres ojos cansados y haciendo caso a mi intuición de navegante, se me ocurre pulsar el botón que más cerca tengo y que mi mano cansada dirige hacia la derecha (la dirección lógica hacia la que van las pobres manos cansadas de los internautas).
Ohhhhh, maldición, es el botón CANCELAR. ¿Quién carajo ha puesto ahí el botón cancelar y me ha jodido la compra? ¿Tengo que empezar de nuevo? NOOOOOOOO. Por favor, que alguien cuelgue de los pulgares de los pies al lumbreras que pensó en ese diseño. O mejor todavía, que cuelguen al que NO ha hecho los test de usabilidad o no ha sabido interpretarlos. ¿o es que soy el único animal que le da a ese botón CANCELAR? ¿No saltan 200.000 alarmas cuando eso pasa?
En fin, como tengo una actitud muy positiva he decidido no cabrearme y hablar con nuestro equipo de diseño de Logocomunica.com y plantearles la cuestión. Cuando han visto el TPV les ha recorrido un no se qué, que qué se yo (por decirlo de alguna manera suave), ya no porque sea poco usable (que lo es), si no porque nadie en toda la entidad se ha planteado hacerlo un poco más ¿mono? Total, tampoco cuesta tanto, así que hemos decidido hacer una versión renovada para regalarles, ya que los pobres bancos lo están pasando tan mal y seguramente no se puedan permitir un diseñador que les arregle esas pantallitas que tanto bien le hacen a los comerciantes online que cobran a través de ellas para poder comer.
Así que aquí les presentamos nuestra propuesta de TPV. Está claro que habrá gente que le guste más y otros a los que no les guste nada, pero por lo menos hemos pensado en esos pobres compradores que tienen la vista cansada, para que les sea más fácil revisar si han puesto bien el numerito de la tarjeta de crédito distribuidos en 4 casillitas muy monas. También hemos querido quitar el miedo del cuerpo a los pobres compradores asustadizos (haberlos “haylos”), que ven lo de “Cod. Seguridad” y piensan que les van a robar el pin del cajero o algo así y que no se atreven a pulsar en la bonita interrogación naranja tan misteriosa. No se preocupen, al lado hemos puesto un esquemita muy sencillo que les indica que ese código, también llamado CVV, solo es el que viene detrás de la tarjeta, para verificar que usted la tiene en su poder en ese mismo momento.
Ahora llega lo que más me gusta, mi amigo el botón “ACEPTAR” ¿aceptar qué? Todos juntos – EL PAGOOOOOO. Muy biennnn, aceptemos el pago, felices y eufóricos por haber terminado el proceso de compra de nuestras ansiadas camisetas. Ahh, y a los que quieran cancelar también les damos la opción con un sencillito botón negro, pequeñito, discreto pero que se vea por si hace falta, a la izquierda de la pantalla, allá dónde la mano cansada no va sola si no se la lleva a conciencia.
Así que, sin más dilación, os presentamos nuestra propuesta de TPV
¿A que es mona y rechula?
Pues nada señores de CatalunyaCaixa, esperamos que les guste porque no les vamos a cobrar nada si la quieren usar, pero por lo menos ayudaremos a cientos o miles de vendedores online que usan sus sistemas para que no pierdan más ventas, que la cosa está muy malita y hace falta dinerito.
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Je, tendrías que ver el diseño de la TPV Online de otros bancos extranjeros. Cuando voy a renovar el servidor de aruba y me sale la pasarela, es como volver a los años 90.
Pingback: Porque no compran en tu tienda online? | MercadoPro
Al final no hay nada como integrar el pago en tu website para mejorar conversión.
Aunque entonces te encuentras con el dolor de cabeza del PCI-DSS y su validación bananera.
¡Sí señor! Sencillamente genial 🙂