Los Valores en la empresa. Algo para compartir.

En ocasiones vemos empresas que nos muestran sus “Valores” en un texto corporativo de la empresa, en una WEB o en un dossier de prensa.

Otras empresas ni tan si quiera se molestan en hacernos llegar dicha información, tal vez porque ni la tengan en cuenta en su vida empresarial.

Pero, ¿Tan importante es tener claro este punto?, ¿Qué aporta a la sociedad, a los clientes, a los proveedores y a los empleados el hecho de que una empresa hable o muestre abiertamente sus “Valores” empresariales?

Bajo mi punto de vista, los Valores de una empresa han de marcar el rumbo de la misma, han de partir de la más alta dirección y han de bajar hasta el último rango en el organigrama. Al fin y al cabo, los Valores de una empresa podrían compararse con los Valores de la personalidad de una persona.

Han de ser compartidos por los directivos y trabajadores de la empresa, han de ser coherentes con el comportamiento de las personas que la componen y han de ser conocidos por todo aquel que entra en contacto con ella.

Podríamos decir que los Valores de una empresa serán los pilares que marcarán y definirán la personalidad de una corporación, de una marca o simplemente de una razón social. Serán aquellos parámetros emocionales que guíen el camino, a los componentes la compañía, hacia un objetivo común, compartido y aceptado por todos.

Equivocarnos en la definición de los Valores, omitirlos, o simplemente no hacer que sean conocidos y compartidos por los componentes de una empresa, podría poner en peligro la correcta definición del siguiente paso en el plan estratégico, “Misión-Visión”, y con ello confundir nuestro horizonte a la hora de establecer los “Objetivos” y la manera de intentar conseguirlos.

Así pues, partamos de la base haciéndola lo más sólida posible, hagamos el edificio de la empresa con unos sólidos cimientos y seremos capaces de construir el rascacielos más grande jamás soñado. De lo contrario corremos el riesgo de construir algo muy grande que se puede desplomar de un momento a otro sin que nos demos cuenta.

 

Javier Echaleku.

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