Adiós a las reglas fijas: Marketing flexible y adaptativo

Adiós a las reglas fijas: Marketing flexible y adaptativo

Contamos con Israel Griol para que nos aporte su visión sobre el papel de las instituciones académicas, como las universidades y las escuelas de negocio con relación a la educación y formación en disciplinas como el marketing y las ventas.

Basado en el contenido adicional del libro https://www.LaGranBurbuja.com, a través de conversaciones que el autor mantiene con expertos en temáticas con el ecosistema del marketing online.

– JAVIER ECHALEKU: De hecho, muchas veces me suelen pedir los alumnos, o la gente con la que hablo, incluso las empresas que les dé casos concretos para entenderlo, y aquí es donde está el problema.

Creo que llevamos ya desde hace mucho tiempo en el marketing, y los casos concretos nos pueden ayudarnos a entender el caso concreto, pero nunca nos va a ayudar a entender el por qué se produce en otros entornos.

Es como si el canvas de Osterwalder para entender un modelo de negocio, nos dijera que el modelo de negocio de determinada empresa siempre tendría que ser así, pero es que no tiene por qué ser siempre el mismo.

Puede cambiar, puede iterar y tener otras estructuras de modelos de negocio, porque donde hoy vendo una cosa, mañana la vendo de otra manera, y donde hoy tengo un canal, mañana tengo otro.

Me da la sensación de que durante la historia del marketing y la publicidad hemos intentado, no sólo sintetizar sino decir verdades absolutas.

Como por ejemplo cuantos menos clics, más conversión, pues dependerá de muchísimas circunstancias y no aplicará en todos los casos, o el texto de una landing page tiene que ser poco porque la gente no lee.

Pues depende también porque si nos atenemos a lo que decía Lewis de cómo el proceso de conversación tiene que ir empapando en tu cabeza una serie de emociones para que produzcan en ti una serie de pensamientos y de circunstancias, pues no siempre aplicará en todos los casos.

– ISRAEL GRIOL: La famosa regla de los once segundos.

No puedes poner un vídeo de más de once segundos porque si no, nadie lo va a ver y cuidado si le pones sonido, que la mayoría de los vídeos se reproducen sin sonido.

Si el vídeo es bueno, igual me tienes catorce minutos o media hora enganchado, que estas cosas pueden pasar también.

La gran burbuja del siglo XXI

– J.E: A eso me refiero, con que cuando intentamos entender los sistemas complejos del marketing pensamos que un ejemplo es suficiente para entenderlo mejor, y creo que ahí es donde radica el problema o la dificultad, que si ponemos un ejemplo no hemos entendido bien el contexto en el que vive ese ejemplo y cuando algunas de las circunstancias del contexto cambian, el ejemplo ya no nos va a servir y no vamos a entender por qué ha cambiado el contexto, o como tendría que haber cambiado ese ejemplo.

– I.G: De hecho, yo en mis clases no pongo un ejemplo, pongo muchísimos ejemplos, y eso es una de las cosas que me he dado cuenta con el tiempo.

Hay algunos docentes que, con su buena intención, – y no criticó la intención -, muchas veces cuentan un ejemplo o un caso, se centran en ese caso y se quedan ahí, y entonces el emprendedor, o el estudiante piensa que ha captado el concepto porque ha entendido el ejemplo.

A veces pienso que son cuenta-ejemplos, o cuenta-casos, pero ya está, y ahí se quedan.

Al final cuando estás formando a las personas, no solamente las estás formando en un tema teórico, tienen que saber aplicarlo después.

Todas las ingenierías, y todos los grados que tenemos en la universidad al final sirven para eso.

Te formó para que puedas aplicar esto y puedas pensar por ti mismo, y es verdad que, si me limito a contarte un caso, igual has entendido ese caso concreto, pero no has entendido como es la herramienta.

Eso es un problema porque si no adquirieren ni el concepto, ni la manera de aplicar ese concepto de forma práctica, realmente eso no les va a servir para un caso muy parecido al que hemos estudiado.

Aquí también tiene que ver un poco el tema de experiencia, y gracias a mis últimos años, he tenido la oportunidad de encontrarme con startups de más de veinte o treinta países y estar trabajando con ellos en cuáles son sus problemas, cómo estaban abordando la propuesta de valor, el segmento de mercado en cuestión, e incluso el impacto climático que estaban generando.

Ahora si de repente me encuentro en una formación y me vienen con algún caso raro y mi mente hace clic con otro caso conocido de otra startup de otro país, pero que le viene muy bien ese ejemplo, al final acabas contándolo también, porque piensas que va a ser relevante para ese caso concreto que te están dejando caer.

Esto no quiere decir que estoy en contra de los ejemplos, de lo que estoy en contra es de centramos en un único caso, y con eso pensar que el estudiante, el emprendedor, o emprendedora va a captar esto.

El comprender el ejemplo concreto, del momento concreto es lo que puede marcar la diferencia en un buen docente, porque al final, en la vida real, no vas a estar tú para solucionarle el problema al emprendedor.

Lo más probable es que se tenga que enfrentar a la hoja en blanco, y lo peor de todo es que la clase puede ser muy resultona con un único caso, y eso también te lo admito, porque la gente conecta con las historias, – de ahí todo el tema este de las teorías del storytelling y le gusta que le contemos historias – aunque no tengan nada que ver con la realidad porque somos curiosos por naturaleza, además de sociales.

Entonces, el tema es que la clase va a quedar resultona, pero no les va a servir para nada si sólo nos quedamos en un caso concreto que tal vez no sea relevante para la realidad del propio estudiante.

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