Bienvenido al cementerio del ecommerce

Pasa, pasa, no tengas miedo. Entra, solo es un cementerio, como el de las personas, pero en este caso hay ecommerce. Ahora son inofensivos, ya no hacen nada. Están muertos!!!

¿Y por qué te lo quiero mostrar? Para que sepas que existe, igual que el de los humanos. Para que seas consciente de que es muy probable que, si tienes la idea de crear un ecommerce, o no inicias un proceso de mejora continua del tuyo, éste acabe descansando en dicho cementerio.

Yo mismo he llevado o acompañado a alguno a ese cementerio, no pasa nada, no te lapidan por ello. En la mayoría de los casos es ley de vida, sí.

Pero es importante que sepas elegir el momento adecuado para llevarlo y le hagas un funeral decente. A veces intentamos mantenerlo vivo artificialmente, cuando es más digno no hacerle sufrir y dejarle descansar en paz.

Pero ¿por qué muere un ecommerce?

Muchas veces de aburrimiento. Porque no quiere seguir viviendo, innovando, luchando. Porque sus responsables ya no encuentran razones para seguir adelante compitiendo en el mercado, ya sea porque han perdido la ilusión o porque ya no encuentran más ideas.

Otras veces porque nacieron en una moda que les hizo tener sentido. Pero la moda pasó y el sentido con ella.

En otros casos la mala vida, el vicio, los excesos incontrolados de sus responsables fueron la causa de una rápida enfermedad que terminó en una muerte súbita, incluso habiendo sido una gran promesa en la que muchos creyeron.

Hay quien ha luchado mucho por la vida de su ecommerce, con uñas y dientes, pasando por el hospital en varias ocasiones y sin seguro médico. Sí, ha sido duro y no consiguieron salvarle. Pobre, era una buena idea tal vez mal ejecutada, o le faltó tiempo de maduración, o dinero para tratamiento, o vete tu a saber. La verdad es que murió y al cementerio llegó.

Pero lo que resulta realmente sobrecogedor es la cantidad de proyectos de ecommerce que han llegado pronto al cementerio por un mal muy común: nacieron muertos!!!

Son esas tiendas online que nunca debieron concebirse. Genéticamente estaban condenadas a ser carne de cementerio, porque sus progenitores no cumplían las mínimas condiciones necesarias para darles vida e intentarlo. Son esas tiendas online nacidas de la ignorancia, de la desinformación, de la incultura 2.0, del “si mi competencia lo hace yo también“. Así, con un par. Lo triste es que muchas veces esa situación es voluntaria: “De esto del online ni sé ni quiero saber que bastante tengo ya con lo mío”. Entonces ¿para qué te metes, Manolete?

Bienvenido al cementerio del ecommerce del que nadie habla. Y nadie habla porque es más políticamente correcto hablar del crecimiento anual que tiene la venta online en nuestro país, que de los miles (o cientos de miles) que se quedan por el camino. No hay datos concretos ni censo conocido, por lo menos que yo sepa.

Si, seguramente ese crecimiento exista gracias a todos los que lo han intentado antes, pero es importante ser consciente de que, ni es oro todo lo que reluce, ni esto del ecommerce es alegría y alboroto.

Si quieres tener un ecommerce tendrás que desearlo de verdad, como el que tiene un hijo. Tendrás que luchar por él, amarlo, aprender de él y aprender por él. No podrás dejarle solo ni un momento, por lo menos hasta que sea mayor de edad, y aún así siempre te necesitará, a ti y a los tutores que velen por él. Pero con pasión, mucha pasión.

Si ya no tienes ilusión, si ves que no aportas valor, si crees que no tiene más futuro, si no encuentras la manera de que siga creciendo, será mejor que no le hagas sufrir más y le dejes morir en paz.

Así que antes de empezar con tu proyecto online será mejor que visites el cementerio, aunque sea mentalmente, para ver la realidad que te espera si no te lo tomas en serio.

Si después de verlo sigues pensando que nada puede contigo, que tienes una oportunidad, que la vida de tu ecommerce merece la pena, que vas a darlo todo sin contemplaciones ni excusas, y que intentarlo es importante, entonces busca ayuda, busca recursos, busca fuerza y busca tu nicho, pero no el mortuorio si no el de mercado.

Posibilidades hay, realidades también, y conseguir darle vida a un ecommerce es viable. Pero hay que desearlo de verdad.

Y recuerda, si no quieres que tu ecommerce acabe en el cementerio, ponte manos a la obra con nuestro Plan de Mejora Continua y contacta con Kuombo.

¿Has estado en ese cementerio?

(Derechos de foto de cabecera de fotolia)

44 comentarios en “Bienvenido al cementerio del ecommerce”

  1. Sí, es cierto. La comparación con el grupo de rock es muy buena, y lo cierto es que lo difícil no es llegar sino mantenerse

  2. Me ha gustado el artículo, sobre todo la parte exagerada de la pasión 🙂 Eso de que el ecommerce debe ser como tu hijo, en parte es cierto, no se puede abandonar un ecommerce 24 horas seguidas, es tan esclavo como tener un hijo, aunque a los hijos los puedes mandar de campamento, jejeje.

  3. Jose Luis Novelda

    Me ha gustado comprobar que yo no era el único que había visto lo que comentas en tu artículo.
    Hace un tiempo me puse a buscar esas tiendas montadas hace unos años, prácticamente al mismo tiempo que la mía para ver cómo la habían enfocado, qué utilizaban y qué no, para ver si me podía ser de utilidad dicha información, porque las que iban saliendo nuevas y las enseñaban a los demás se notaba mucho ese “olor” a nuevas, y cuál fue mi sorpresa cuando iba pinchando encima de los enlaces, que una gran parte de las mismas habían desaparecido, y llegué a la reflexión: “no es tan fácil como parece” (no montas una tienda online y te hinchas a ganar billetes…), has de preocuparte en alimentar tu proyecto todos los días, y aunque sea poco a poco hacerlo crecer al mismo tiempo que vas aprendiendo de otros más grandes y utilizas esos conocimientos.
    Una pequeña dosis de realidad que viene muy bien para mantener los pies en la tierra.

  4. Magistral entrada y advertencia para quien se piense que esto está chupao.
    Un ecommerce es como un grupo de rock, cualquiera que tenga unos básicos conocimientos puede montarlo, pero lo realmente difícil es luego mantenerse y mucho mas vivir de la música.
    Vamos que nadie regala duros a cuatro pesetas como diría nuestra abuela.

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