En esta ocasión contamos con Nacho Somalo, emprendedor, especialista en comercio electrónico y transformación digital. Actualmente es Director de estrategia en vdSHOP. Con él hablamos sobre si la gran idea es siempre una gran idea.
Basado en el contenido adicional del libro https://www.LaGranBurbuja.com, a través de conversaciones que su autor mantiene con expertos en temáticas afines, en mayor o menor medida con el ecosistema del marketing online.
– JAVIER ECHALEKU: Una persona como tú que ha estado tantos años al frente de proyectos, intraemprendiendo o directamente desarrollados por ti o por tus socios, hoy en día haces una labor como director de estrategia en vdSHOP,
Cuéntanos un poco si la labor que haces hoy en día como consultor o asesor, – ahora nos cuentas – se podría desarrollar como la desarrollas si no hubieras tenido todo ese bagaje de más de dos décadas batiéndote el cobre con muchos aciertos y con muchísimos errores seguramente, ¿Sería viable hoy una labor como director de estrategia una empresa como de VdSHOP si no hubieras tenido esta trayectoria?
– NACHO SOLANO: No, obviamente no. Al final, creo que los profesionales podemos aportar básicamente tres cosas.
Dos las puede tener cualquiera entre comillas y hay una tercera que no:
– La primera es esfuerzo, dedicación, entrega, sacrificio, al final echarle horas, y esa la puedes hacer en cualquier momento de tu vida.
– La segunda es sentido común, que es el menos común de los sentidos y francamente veo personas muy jóvenes que tienen un sentido común desbordante y te ayudan muchísimo y personas con mucha más edad que no lo tienen.
O sea, esto es algo que digamos se puede tener en cualquier momento.
– Hay una tercera que solo se gana con el tiempo, que es la experiencia y, es lo que dices tú, muchos errores y algún acierto acumulado por el camino.
Y esto es esencial para la labor que hago dentro de vdSHOP que lo que hacemos es lo que llamamos servicios de fullcommerce, gestionando negocios de e-commerce para terceros donde lógicamente, lo que quieren los clientes que nos contratan es que les volquemos esa experiencia acortando su curva de aprendizaje, también ahorrando costes, etcétera.
Pero sobre todo reduciendo la curva de aprendizaje y esa curva de aprendizaje viene precisamente de la experiencia.
Por lo tanto, sería imposible lo que hago hoy en día, sin haber vivido todos estos años de muchas equivocaciones y algún que otro acierto.
– J.E: Vamos a repasar un poco esa trayectoria y qué es lo que podemos aprovechar de aquel conocimiento, de aquel contexto en el que se desarrollaron esos proyectos y que nos podemos traer a las fechas de hoy, donde como decías, hoy en día hay tanta masificación que por un lado es malo, pero por otro lado es bueno porque hay mucho más conocimiento, hay mucha más industria y mucho más ecosistema.
¿Qué podemos aprovechar, por ejemplo, de tu etapa de Accenture? Una etapa de consultoría, una etapa en una gran compañía en la que estás digamos arrancando, y donde estás iniciándote en este mundo, ¿Cómo fue esa etapa?, ¿qué nos puede describir de esa etapa y cuáles son los aprendizajes que podríamos traernos a hoy con respecto a lo que viviste en aquella época de Accenture?
– N.S: La verdad es que es una etapa para mí preciosa, durísima porque fue mi desembarco en el mundo profesional. Durísima pero muy bonita.
En Accenture aprendí a trabajar y aprendí a hacer transformación digital en los años 90 porque eso era transformación digital de verdad, que es cuando cogías un proceso de papel y lápiz y lo pasabas a tecnologías de la información, donde había una parte de desarrollo de tecnología, donde había una parte súper importante de cambio en los procesos de negocio y, había una parte indudable de cambio cultural o gestión del cambio.
Hablamos por ejemplo de proyectos como el de automatizar fuerzas de ventas.
A día de hoy, todas las fuerzas de venta llevan sistemas de información, pero es que en esa época trabajaban con papel y boli.
Y es que era raro, de hecho, las primeras veces era como ¡Guau!, qué me vas a poner un ordenador, qué me vas a controlar, pero qué dices.
Te hablo de cuanto todo era en papel y boli, con libreta y pasaban los pedidos por fax y, pasar de eso a en un sistema de información, – ahora totalmente asimilado – en esa época era bastante disruptor.
Y muchas otras cosas que digitalizábamos, porque recuerdo a finales de los 80, principios de los 90 cuando Bill Gates dijo aquello de en un futuro todos los puestos de trabajo tendrán un ordenador y todo el mundo dijo está loco y, hoy en día todos los puestos de trabajo tienen un ordenador porque es imprescindible.
La mayoría la gente no tenía un ordenador.
Cuando empecé a trabajar había cuatro o cinco ordenadores en las empresas, en el departamento de administración y, la mayoría trabajaba con papel, boli, fax y carpetas.